1. Hacía más de treinta años que no se realizaba en nuestro país una exposición con un amplio repertorio de pintura española dedicada al orientalismo, por lo que era necesario acometer una revisión en profundidad del asunto.
2. En la muestra, pueden contemplarse escenas de un imaginario común construido por los pintores occidentales sobre Oriente próximo y el norte de África. El orientalismo fue una corriente internacional, producto de la expansión colonial de países europeos. La producción artística francesa fue predominante, pero también se integraron artistas de otras nacionalidades con obras de gran calidad.
3. Dada su cercanía geográfica, histórica y sentimental, los pintores españoles convirtieron el norte de Marruecos en un tema predilecto. De los muchos artistas que trataron el tema, en la exposición puede verse una selección de obras de los más destacados, como Lameyer, Fortuny, Fabrés, Moragas o Tapiró.
4. En Fantasía árabe se establece un sugerente diálogo entre la pintura española y la francesa, con obras de Eugène Delacroix, pionero en este asunto tras su viaje en 1832, Edmond de Boislecomte o Benjamin-Constant. Para todos ellos el orientalismo supuso una renovación temática, aunque técnicamente se aprecia la herencia de la tradición académica, con una pintura atenta a la fidelidad en los detalles.
5. En el ámbito español, Mariano Fortuny dejó una profunda huella en otros autores. Representado en relación a su importancia con veinte obras –dibujos, acuarelas y óleos–, algunas de ellas son auténticas piezas maestras de su producción. El conjunto demuestra la relevancia que concedió a este asunto, así como su virtuosismo y versatilidad.
6. Algunos de los artistas orientalistas viajaron al norte de África, pero otros lo conocieron a través de relatos literarios, fotografías, estampas o pinturas. En ocasiones, coleccionaron objetos exóticos con el fin de representarlos con veracidad en sus talleres. Por ese motivo, se muestran en la exposición fotografías de época y objetos etnográficos.
7. A partir de la mirada de los artistas más relevantes, la exposición propone un sugerente viaje al «cercano» Oriente. Organizada en tres secciones, se muestran el paisaje y los escenarios arquitectónicos –con un especial protagonismo de la Alhambra–, las costumbres y formas de vida y los personajes que protagonizaron este relato artístico tan fascinante y popular en las últimas décadas del siglo XIX.