“La apariencia de lo real” en la tienda del Museo Carmen Thyssen Málaga

(Nuestro agradecimiento a los artistas)

¿Cuál es la función principal de la tienda de un Museo?

La respuesta a esta pregunta parece fácil. Conseguir ingresos explotando comercialmente la colección que custodia, así como las obras de las exposiciones temporales que programa la institución.

Este es el cometido principal de una tienda de Museo, sí. Pero no el único.

La difusión comercial de la Colección que alberga. Ser, de hecho, el escaparate del Museo y por tanto responsables de la correcta difusión de la imagen de la Colección, así como de la institución en su conjunto son labores no menos importantes.

La mayoría no somos conscientes que la compra de una postal, un póster o un lapicero, nos convierte en patrocinadores del Museo, a la vez que difusores de la obra de una artista.

Con frecuencia se nos plantea la cuestión acerca del criterio seguido a la hora de seleccionar las obras sobre las que vamos a trabajar para diseñar y producir merchandising.

¿Por qué elegimos esas imágenes? ¿Qué aspectos tenemos en cuenta a la hora de seleccionar una obra para que aparezca reproducida en, por ejemplo, una postal?

La calidad o singularidad de una pieza dentro del conjunto expuesto, es el factor principal que determina su elección.

Es, por tanto, muy importante mantener una línea de comunicación fluida con el equipo curatorial, responsables, en última instancia, del estudio y catalogación de la Colección así como de la coordinación de las exposiciones temporales.

La demanda de nuestros clientes  es otro factor decisivo. Las obras más solicitadas por los visitantes del Museo han de estar, de forma permanente, dentro de la oferta de la tienda.

Sin negar un cierto grado de subjetividad, lo cierto, es que en la mayoría de la ocasiones nuestras decisiones suelen estar condicionadas por las limitaciones que presenta la obra, el producto sobre el que queremos realizar la aplicación, o el soporte y formato del mismo.

Condicionantes técnicos, como la calidad y el tamaño de la imagen con la que vamos a trabajar, o el tiempo de producción de determinados artículos, también influyen en nuestros proyectos de producción.

Desde que se puso en marcha la tienda del Museo, hace ya seis años, establecimos una metodología de trabajo que implica el minucioso análisis de cada una de las producciones. Tanto aquellas destinadas a formar parte de la oferta permanente como las que se ciñen a un periodo concreto, por estar ligadas a una exposición temporal.

Comenzamos decidiendo las línea de producto a desarrollar: Textil, cerámica, papelería… en función de la temática de la exposición y del perfil de visitantes del Museo.  Una vez decidido el producto,  vemos qué obras encajan mejor en cada formato posible: “de aquí saldría una buena camiseta, esta quedaría bien como postal, esta habría que reproducirla en poster para que se aprecie bien…”. Obras que por su complejidad cromática o por sus condiciones de conservación nunca darán un buen resultado impresas sobre una cerámica o una tela.

Nuestra obligación es trasladar los más fielmente las obras a las diferentes aplicaciones, por lo tanto, el producto y su formato van marcando la selección.

Otro factor importante es si la obra está sujeta a derechos de reproducción.

La apariencia de lo real es, sin duda, una de las exposiciones más ambiciosas que se han desarrollado en el Museo. La producción del merchandising para la misma ha ido a la par en complejidad y nivel de exigencia. Sin embargo, hemos de agradecer, en esta ocasión, que no haya sido un camino que hayamos andado solos. Nos hemos encontrado con el apoyo, y algunos casos asesoramiento directo por parte de los artistas.  Cesar Galicia, y el propio Antonio López, a través de la amable guía de su hija Maria, nos han acompañado y aconsejado durante el proceso de diseño y preproducción de los artículos.

En ocasiones nos encontramos con el estupor o la crítica de algunos sectores respecto al valor del trabajo desarrollado por los departamentos comerciales de los museos. Frase como “¡Si Van Gogh viera su obra convertida en una taza!”, “¿Qué pensaría Rothko al ver sus cuadros reducidos a un imán? ¿Todo vale?…

No, no todo vale, pero durante todo el proceso de producción para esta exposición hemos descubierto que los artistas entienden la importancia de utilizar todas las herramientas disponibles para dar difusión a su trabajo. Ha sido esclarecedor ver la implicación de todos los artistas consultados, pidiendo la máxima fidelidad a la hora imprimir los colores, asegurándose de que recibiéramos fotos con la suficiente calidad, entusiasmados con las propuestas de diseño e ilusionados al visionar el resultado final.…

Para nosotros ha sido una experiencia muy enriquecedora, tanto a nivel personal como profesional.

 

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