1.- La exposición plantea un recorrido que se inicia con la imagen de la femme fatale y se adentra en el cambio de paradigma que acontece en un intervalo de unos setenta años. Desde la creación y difusión, durante la segunda mitad del siglo XIX, de un relato negativo en torno a la mujer, como objeto pasivo y sexualizado, convirtiéndola en responsable de la fatalidad del hombre, hasta la visión de mujeres activas, creadoras, transgresoras e independientes que ofrecieron una mirada sobre su propia identidad.
2.- Los cambios sociales producidos por la revolución industrial conllevaron una incorporación femenina al trabajo y una progresiva reivindicación de la mujer. La hegemonía patriarcal se vio amenazada por planteamientos de libertad y su reacción provocó una respuesta airada que se reflejó en la literatura, en la prensa y en las bellas artes.
3.- Perversidad está organizada en tres secciones: Belleza maldita, Reinas del Abismo y Nuevas Mujeres. En la primera aparecen imágenes de una estética vinculada al simbolismo y al decadentismo. Los pintores encontraron su inspiración en figuras mitológicas, bíblicas, como Eva o Salomé, o literarias, como Carmen de Prosper Mérimée. Reinas del abismo muestra el interés de los artistas por los bajos fondos de esta moderna sociedad urbana, donde habitan los nuevos ídolos de la perdición. Y la referente a Nuevas Mujeres está protagonizada por figuras femeninas que, desde ámbitos diversos, desafían las reglas tradicionales.
4.- La exposición presenta un diálogo entre artistas españoles, franceses y alemanes. Los primeros aportaron su propia visión de la belleza perversa desde una revisión de la tradición española, escasa en desnudos, pero con una impronta muy poderosa. “La Venus del espejo” de Velázquez y las majas de Goya subyacen en los cuadros de Zuloaga o Romero de Torres.
5.- La mirada de Suzanne Valadon, primero modelo y después pintora autodidacta, ofrece en la muestra un sutil matiz respecto a las realizadas por sus compañeros. Sus mujeres no interpelan al espectador, tampoco seducen, sino que son representadas en su ámbito cotidiano.
6.- Las imágenes del mundo urbano y de la sordidez de la noche están protagonizadas por una fascinante y peligrosa feminidad que domina a los hombres a partir del deseo y la sexualidad. Las Reinas del abismo poblaron las obras de los artistas hasta entrado el siglo XX. Cuando desaparecieron las diosas, el desnudo de los burdeles inspiró a los artistas.
7.- La crítica social más ácida aparece de la mano del belga Félicien Rops y del alemán George Grosz, junto a ellos, la noche pervive en la mirada de Rouault o Chabaud, y de Casagemas, Picasso y Sunyer.
8.- En las ilustraciones de moda de Xavier Gosé o Rafael de Penagos aparece una mujer moderna, preámbulo de la nueva mujer, sensual y atractiva, cuya iconografía demuestra la pervivencia de la femme fatale en las primeras décadas del siglo XX.
9.- Con el cambio de siglo, las mujeres comienzan a ocupar espacios masculinos y a sentirse poderosas en ellos. Es el tiempo de figuras independientes y libres, como Coco Chanel, de musas como Kiki de Montparnasse o Gala Dalí, y de pintoras como Olga Sacharoff, Maruja Mallo o Delhy Tejero.
10.- La palabra perversidad tiene una doble acepción en el diccionario de la lengua española: Sumamente malo, que causa daño intencionadamente, asociado a la mujer como origen de perdición, pero también que corrompe las costumbres o el orden establecido. Ambos conceptos están presentes en la exposición, como axioma de un modelo de mujer y como arquetipo intenso y poderoso.