El mismo año en que el viejo siglo cambiaba su nombre realizó Picasso numerosos retratos. Con la sagacidad creativa y rapidez con que se prodigó siempre su mano, representó una amplia galería de personajes; abocetados, irónicos, decididos, balbuceantes, pensativos… los rostros emergen y toman vida a partir de su trazo firme. Los personajes elegidos pertenecen a su entorno más cercano, toda la panda que se reunía en Els Quatre Gats, café abierto en junio de 1897 y lugar de exposición, la primera de Picasso, de esta peculiar serie. Como ya hiciera Casas, quien ejecutó más de cien dibujos de personalidades relevantes de su época, el malagueño replicó al catalán con la misma técnica y representando a su grupo más cercano, el malogrado Carlos Casagemas, Ángel Fernández de Soto, el sastre Soler, Jacinto Reventós, Ricard Opisso, Mateu Fernández de Soto, Ramón Pichot… además acometió el menú de esta original taberna situada en los bajos del gotizante edificio de Puig i Cadafalch. Y junto a sus amigos, varios retratos de Rusiñol, uno de ellos con los cipreses de la granadina ‘Glorieta verde’ de fondo, tal como el pintor catalán lo había empleado en el cartel de su obra Fulls de la vida, de 1898. Este dibujo de Picasso fue publicado en Arte joven el 31 de marzo de 1901. Para el malagueño 1900 fue un año de declaración de intenciones, pues aun dejó constancia de su admiración por el Greco en breves dibujos. El pintor había sido puesto en valor, entre otros, por Zuloaga y Rusiñol.
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